Sí, la tecnología domina nuestras vidas hoy. La computadora me golpeo mis palabras, los sitios he puesto mis artículos a, el móvil que me molesta de vez en cuando y de la caja tonta a la que enciendo mi dosis diaria de noticias y entretenimiento y un montón de otras cosas que ahora se han tomado por sentado invariablemente dominar nuestras vidas. Sí, la tecnología ha hecho nuestras vidas mejores, más suave, eficiente y más se puede lograr en una menor cantidad de tiempo. Ha hecho trabajo oficial aún mejor y afectado a la facturación de las empresas como nunca antes.
Y sí, hoy no podemos hacer sin la multitud de cosas que la tecnología ha hecho posible.
Pero hay otra cara de ella también. Nos hemos convertido en más de robots, más mecánicos. Los niños de hoy están absortos más en los juegos de video en lugar de salir a jugar en el sol. Hemos tenido la suerte de jugar juegos al aire libre que hacen fuera cuerpos fuertes y robustos. Hoy en día, los niños de transporte juegos de simulación virtual en un mundo de fantasía que ofrecen poco vigor a sus cuerpos.
Así que nada de juego significa que mucho menos ejercicio y cuerpos más débiles con poco inmunidades.
En segundo lugar, hay poco tiempo para socializar. Todos tenemos nuestros amigos virtuales en la red. Y charlamos y los correos electrónicos de intercambio o PING entre sí. Oh! ¿Y cómo podemos olvidar esos maravillosos sitios de redes sociales, donde todo lo que hacemos es chatarra de unos a otros y expresar nuestras opiniones en las comunidades y grupos de presión. No, no hay tiempo para cumplir. Apenas nos vamos para picnics o excursiones o sentir el calor de la unión.
Atrás han quedado los días en que había un verdadero encanto y la emoción de la unión. Solíamos bromear, imitar y llevar a cabo los personajes reales dentro de nosotros mismos. Hoy en día, nadie sabe realmente lo que realmente somos. Hay un sentido equivocado o en el mejor de un sentido oculto de la identidad. Nos retratamos a través de los medios de comodidades en nuestras manos lo que en realidad no lo somos. Y nadie realmente le importa ahora.
Lo que importa es su salida profesional, no sus rasgos de personalidad real, que ha sido por mucho tiempo enterrado bajo los juegos de tecnologías que jugamos. Por ejemplo, los correos electrónicos han limpiado nuestra escritura de cartas. Había un calor de cartas que mis padres me escribieron, si hubiera sabido que el flagelo de la tecnología como un diluvio destructor aca