Muchas personas que han perdido a las personas y las cosas que les rodean también han perdido las cosas por las que han sido medidos. Son los otros objetos físicos que dan definición relativa a nosotros. Sin una persona flaca compararme con, yo no sería capaz de decir que soy gordo. Sin la persona cuestionada compararme a que no sería capaz de decir que soy su conjunto, ni se lo ser rico sin la persona pobre para juzgar en contra. Como evolución de los seres que constantemente debemos redefinir nosotros mismos de otra manera nos convertimos en reliquias.
La vida es el cambio mismo, que no se detiene. Dejamos de vivir cuando llegamos a ser cómodos con el status quo. Nos convertimos en los muertos vivientes. Algunas de las personas que crecí murieron cuando cumplieron 30 años de edad. Ellos dejaron de usar sus cerebros y se basó en lo que han aprendido en los primeros treinta años para llevarlas a lo largo de los próximos treinta. Cuando se retiraron trataban de recuperar los primeros treinta años y se perdieron en busca de algo que ya no existe.
Los cambios son difíciles para muchos porque nos volvemos demasiado cómodo con las viejas zapatillas. Para aquellos que abrazan activamente cambiar es justo lo contrario, que viven sus vidas al máximo, ya que están constantemente viviendo en el momento decisivo. Ellos no se lamentan por el pasado ni tampoco llorar por los que se quedan. A veces las opciones son difíciles en un principio, pero a medida que uno se acostumbra a los cambios, que se convierte espera y dio la bienvenida. Cada pocas generaciones un nuevo ser humano nace en un mundo que se ha estancado.
Estos nuevos seres humanos son los pensadores más rápidos, más inteligentes y agitado. Están diseñados para el nuevo mundo y su tecnología, y vienen para avanzar a la humanidad en un nuevo período evolutivo. La última época fue la revolución industrial. Nos ha llevado tan lejos como