I recordar absolutamente ODIAR mi despertador con una pasión. Me sentía culpable cada vez que me empujé ese botón de pausa, como si estuviera recién había ido a un traficante de crack. Pude conseguir uno más éxito, a sólo 10 minutos más, y se sentiría tan grande. Pero al mismo tiempo sabía que no debería! Me quedo fuera de la casa con cara de ojos despiertos y medio. Algunos días me habían siquiera tienen tiempo suficiente para tomar un pedazo de tostada quemada en mi camino out.
All mañana me tomo el café malo para tratar de mantenerse alerta, pero sólo me harían nervioso y me recuerdan que lo hambriento fue (desayunando perder!). Por último, cuando el almuerzo sería papel alrededor, yo estaría muerto de hambre y corría al patio de comidas cercana a la garganta a mí mismo. Desde luego, no comer la mejor comida en esos días. Me gustaría comer comida chatarra a sentirse mejor. Era como automedicación para hacer que el día menos estresante! Después de un gran almuerzo por supuesto, una siesta por la tarde habría sido perfecto.
Mis párpados se sentían como si pesaron 100 libras por pieza algunos días! Pero no me atreví descansar mis ojos por un momento, bajo el temor constante de que mi jefe quería andar por y cogerme! Finalmente el final del día llegaría y yo ' d hacer mi camino hacia la casa (a pesar de que había estado en el trabajo mucho más tiempo de 8 horas). Yo no tenía la energía para cocinar cualquier cosa en casa, así que era la comida rápida una vez más para la cena. Me derrumbarse en el sofá, y tratar de calmar mi mente mirando el TV.
Going al gimnasio estaba fuera de la cuestión en ese momento, y el día habría llegado a su fin, condenado a repetirse de nuevo! Por suerte, este horror historia es una cosa del pasado, porque hice un cambio en mi vida que conducen a un equilibrio trabajo-vida que nunca había soñado of.Whenever gente me pregunta acerca de cómo mejorar su equilibrio trabajo-vida, les digo lo que