Recientemente, mi familia decidió ir a Sicilia en barco. Aunque habíamos estado haciendo planes con respecto a lo lugares para ir a por un tiempo bastante largo, tuvimos que esperar a que el tiempo justo hasta que pudimos salir.
La vela es muy diferente de avión viajando, ya que no es tan fácil como comprar un billete y ir al aeropuerto a la hora señalada. Vela depende mucho de las condiciones meteorológicas, ya que navegar en los mares agitados pueden no siempre tienen un final feliz.
Durante la semana, se observó que el tiempo en internet y encontramos que en el día que habíamos planeado para navegar, hubo buen tiempo. Navegamos muy temprano, dejando a eso de las cinco de la mañana, así que vamos a llegar a nuestro destino durante la tarde. El pasaje fue planeado para llevarnos alrededor de nueve horas por lo que deberíamos haber llegado a las dos de la tarde. Durante las primeras cuatro horas hicimos un buen momento ya que el viento venía por detrás, pero luego nos dimos cuenta de que estaba empezando a soplar con más fuerza el paso del tiempo.
Pronto el mar estaba muy agitado y el barco iba arriba y abajo.
Fue muy emocionante escuchar al viento y sintiéndolo desgarrando nuestras caras. El barco iba muy rápido y nos quedamos un poco preocupado de que el viento iba a conseguir nuestra vela y ejecutarlo para otro lado. El barco se escoraba hacia un lado pero nos las arreglamos para conseguir que en la posición de nuevo. El oleaje de las olas que eran cerca de tres metros de altura fueron empujando el barco hacia adelante.
Hemos trabajado muy duro para mantener el barco en su posición y, finalmente, unas cuatro horas más tarde avistamos tierra.
Es fácil imaginar lo felices que estábamos que casi habíamos llegado y cuanto más cerca que llegamos a la tierra, la más grande que parecía. Finalmente llegamos a nuestro destino alrededor de ocho horas y media después de haber dejado esa mañana. Aunque hubo momentos en que nos sentimos asustados durante nuestro paso, nos sentimos muy agradecidos de que habíamos logrado llegar sin que nadie resultara herido.