Me fui a casa esa noche, y aunque yo respondió casualmente a la pregunta de mi esposo acerca de cómo había sido la noche, con un simple "todo el mundo estaba muy bien, y yo tuvimos una agradable velada" Sabía muy dentro que yo había desarrollado una nueva obsesión.
Tengo pasado los últimos días tejiendo en cada oportunidad, y estoy impresionado con las muchas veces durante el día cuando puedo sacar mis agujas y añadir otra fila a la bufanda de color verde azulado que estoy tejiendo para que coincida con mi abrigo de invierno. Consultorios médicos, clases de los niños, y el tiempo dedicado previamente lavar la ropa y limpiar la baños- todos tejer ahora gastado. Cada puntada es un pensamiento meditativo, cada fila es un éxito, y cada pulgada añadido a la bufanda de punto es una palmadita importante en la parte posterior.
La vida es buena!