En segundo lugar, fueron acreditados y se colocan en diversos Daifu clasifica por el emperador. El debate funcionó como un examen insoportable. Los literatos pasan por la realización de la función de los oradores oficiales-ideales, quienes "arriesgan sus vidas para señalar la mala conducta de su amo" y que "el riesgo desagradar a altos funcionarios criticando sus fechorías". Sin embargo, uniéndose a la oficialidad no significó el final de su formación retórica.
Por el camino, como ya lo habían hecho en el debate, en sus puestos administrativos estos nuevos funcionarios tendrían que aprender a negociar entre sus valores y los valores de otras escuelas confucianas.