Dentro de las causas mixtas pueden señalar la desglose de los patrones tradicionales de la familia, debido al fenómeno de la migración a otros países.
La familia, como fundamento de la sociedad, ha sido excesivamente debilitado en su estructura, en su núcleo y la esencia; en otras palabras, nos encontramos con una familia moderna donde no hay padre, la madre o ambos, con una escala de debilidad de los valores de sus miembros más jóvenes.
Esto unido a la debilidad de las instituciones del Estado, un sistema educativo basado en cantidad que a la calidad y un sistema de justicia muy débil y saturada -como la otra instituciones- competente dibujan un panorama favorable para la violencia interna en la región, que ha sido difícil de disminuir incluso con planes muy represivas, tales como el Plan Mano Dura implementadas en El Salvador o el Plan Escoba de Guatemala, tanto puso en marcha en 2002.
Los débiles resultados de estos planos se deben a la falta de integración de este tipo de planes ya que consideran sólo los efectos del problema, la violencia intestina, y no sus causas.