? Además, el corte de todo tipo de contacto con Pakistán es contraproducente. No puede haber escapado a la atención de la opinión pública de que los ataques terroristas en la India se producen inevitablemente justo antes o después de una iniciativa diplomática que se anuncia. Esto implica claramente que cualquier normalización de las relaciones entre la India y su vecino es un anatema para los terroristas.
Al aislar a nuestro país de todos los contactos, estaríamos más que aumentar su plan de juego.
Luego está esa fijación con el líder e ideólogo terrorista, Hafiz Saeed. En cada oportunidad, la India declara que las conversaciones significativas con Pakistán pueden reanudar sólo después de Saeed es arrestado y encerrado, o deportado a la India - como si se trata de una especie de varita mágica que convertirá automáticamente el grifo terrorista. El hombre es un mero símbolo, una marioneta alimentado y controlado por el ejército de Pakistán.
Arrestarlo puede satisfacer un antojo de retribución en muchos de nosotros, pero en términos materiales, no va a cambiar nada. No va a hacer que el país sea más seguro. Es el momento que llegamos a nuestra afición por el simbolismo y reconocimos los peligros reales que enfrenta nuestro país. Simbolismo ha sido durante mucho tiempo un arma poderosa en el arsenal de los políticos, pero nosotros, la llamada intelligenzia educados, han caído presa de ella también. Hafez Saeed es un ejemplo clásico de esto.
Nuestros políticos y de nuestros medios de comunicación lo han elevado a la categoría de un villano de proporciones míticas
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El hecho es que la creación de Pakistán está jugando un juego de gato y el ratón muy inteligente con nosotros. Envían señales tentadoras que el encarcelamiento y el castigo de Saeed es inminente; y luego decir "lo siento, no puedo hacerlo". Al mostrar su reticencia a tomar medidas contra Saeed, son fomentar la ilusión de que Saeed es de la India enemigo número uno. Implícito en que es la esperanza de que lo conseguirá neutralizar la India de sus espaldas.
Es muy probable que una vez que Saeed ha servido a su propósito, el gobierno de Pakistán encerrarlo y tirar la llave.
La triste verdad es que Pakistán sigue amontone un róbalo en esta nación, porque la India no lo hace proyectar su poder. Cont