Este ha sido un infierno de un comienzo de un nuevo milenio. En ocho años hemos tenido un ataque terrorista en suelo estadounidense, un importante apagón en el noreste de los Estados Unidos, un alza del precio del combustible sin precedentes, estamos comprometidos en dos guerras, perdimos Johnny Carson, Johnny Cash, otro Beatle, y el padrino de Alma, y Estados Unidos finalmente ha elegido su primer presidente afroamericano. ¡Uf! Esto está empezando a sonar como otra década tumultuosa en la reciente history.I entretuvo la idea de votar por Barack Obama o John McCain.
Me inspiré ligeramente por los dos, pero he escuchado la misma retórica viejo y cansado por los impuestos más bajos, la energía, la seguridad nacional, la paz mundial, la educación y la atención sanitaria. Estoy hastiado, y estoy cansado de escucharlo. He vivido diez presidentes y nunca he escuchado a ninguno de ellos a hablar a mí. Los contendientes son por lo general lo mejor de lo peor; sin embargo estoy agradecido de que todavía estoy vivo para ver a Barack Obama eligió como nuestro presidente número 44.
La elección de Barack Obama no es sólo una victoria racial, una victoria democrática, o incluso una victoria americana. Es una victoria global. América está en éxtasis y el resto del mundo debería ser too.Many puede llamar a la elección de Obama a la presidencia de Estados Unidos, como el líder del mundo libre y como el hombre más poderoso de la Tierra, como el cumplimiento final del Dr. Martin Luther King El sueño de Jr., pero aún queda mucho por hacer. Mayor desafío de Obama no se encuentra en ninguna de las cuestiones que ha dirigido durante su campaña.
Obama es el Sidney Poitier de la política. Hemos puesto nuestra fe y nuestro destino en un agricultor de maní, un actor, y ahora, un afroamericano. Una dinámica distintiva es que el propio Obama no es descendiente de esclavos. Él es el hijo birracial de un inmigrante de un país cuyos ciudadanos y descendientes fueron una vez esclavizados y oprimidos por los estadounidenses.
Él es un hombre negro de piel nacido en Estados Unidos que ha tenido que enfrentarse a los mismos problemas raciales como un afro-americano y como un político, tener que probar un poco más difícil que sus contrapartes no-negros para tener éxito en una sociedad que históricamente ha colocado condiciones a, y las barreras entre, la raza y el éxito. Obama tendrá que trabajar más duro a la altura de sus promesas y de probarse a sí mismo a todos los estadounidenses,