También estaban los hindúes, que se cree que los diamantes tenían tanto poder que ponen los diamantes a los ojos de algunos de sus estatuas. Otras personas creían que un valle inaccesible en Asia central cubierto por diamantes existía. Uno dijo que este valle fue "llevado por aves de rapiña y protegido por las serpientes de mirada mortal".
Además de creer que los diamantes podrían atraer la suerte y el éxito, la gente también pensaba que podían desafiar a los eventos astrológicos.
Muchas personas los utilizan como joyas, suponiendo que estarían aumentando su potencia sexual y la capacidad de atraer. Incluso Platón escribió acerca de los diamantes, describiéndolos como seres vivos, haciéndose pasar por espíritus divinos. Hasta el siglo 15, sólo se les permitió reyes de usar diamantes, tenerlos como un símbolo de coraje, fuerza y la invencibilidad. Pero a medida que los siglos pasaron, el diamante comenzó a adquirir su condición de la prueba sublime de amor. Actualmente, están relacionados con el amor, el romance y el mito.
Probablemente nunca lo sabremos cuando se descubrió el primer diamante, pero sí sabemos que, desde los tiempos antiguos hasta el siglo 18, todos los diamantes del mundo vinieron de la India. De la época del Imperio Romano a la aparición de los primeros europeos en la India, en el comienzo del siglo 16, las relaciones comerciales entre Europa y Asia Oriental florecieron. Una de las principales rutas del comercio de diamantes fue en Venecia. La ciudad se convirtió en la república mercantil más importante del mundo occidental.
Disfrutó el monopolio del comercio del curso de diamantes a las principales ciudades del sur de Alemania hasta su destino final, Bruselas. Desde esta ciudad se convirtió en la fase final de la ruta comercial, se convirtió en un centro prometedor de talla de diamantes, y la reputación de la ciudad en este sector no se detuvo en aumento. A pesar de que Bruselas mantiene su predominio hasta finales del siglo 14, comenzaron a declinar en un lapso de cincuenta años.
El comercio de diamantes y otras numerosas actividades económicas de Bruselas fueron trasladados progresivamente a la ciudad de Amberes, que ofrecía las instalaciones más recientes y mejores para las comunicaciones y el intercambio comercial. En 1866, se descubrió el primer diamante en Sudáfrica. A raíz de esto fue el descubrimiento de los yacimientos de Kimberley unos años más tarde, dando a luz a la era fabulosa de Kimberley. La palabra diaman