Querida hija,
Recuerdo el año, mes, día y hora cuando eras traído a este mundo a través de cesáreas, en el hospital donde nació. Su abuela y su padre estaban esperando ansiosamente su llegada con gran ansiedad, en caso de que algo iba mal. Ellos se sintieron aliviados al ver que fuera de la sala de operaciones, mirando con los ojos bien abiertos y las palmas de las manos extendidas como si los conocieras y el mundo, incluso antes de ver la luz del día.
Sin duda, tuve el primer vistazo de ustedes, ya que estaba en la anestesia epidural antes de la operación. Casi perdí la conciencia durante la operación para que entré en la disnea, debido a un ligero ataque de asma. Yo pensaba que iba a morir y en ese momento me pregunté quién cuidaría para usted si se habían ido. Gracias a Dios, el médico entendió mi situación y sacó rápidamente y le arrastraron fuera de la matriz en una sola pieza. Entonces me di cuenta que iba a vivir. Fue en ese momento que decidí que no voy a pasar por esto nunca más.
Me alegré de que Dios me había bendecido con ustedes mi única querida niña, a esta edad avanzada de 46 años.
Por supuesto, ustedes se preguntan por qué sus padres son viejos ya veces son avergonzado de este hecho. Todo lo que puedo decir es, 'Dios había decidido que de esa manera, "y que hay que aceptarlo. Me consuelo pensando que si fuéramos los padres más jóvenes, es posible que no recibe la paciencia y la perseverancia que le mostramos ahora, en su ambiente de aprendizaje.
La suya es una vida de constante aprendizaje, no sólo de libros en el mundo académico y sus propias experiencias personales, sino de la vida de los demás. Usted tiene que enriquecer su vida para que usted tenga éxito en el mundo material como en el mundo abstracto y virtual.
Usted podría preguntarse por qué no le cuidan en exceso al igual que otros padres. Es posible que no nos entiende, incluso si tuviéramos que explicar a usted ahora. Usted aprenderá cuando llegue el momento.
Hasta entonces por favor tengan paciencia con nosotros y perdónanos si hubiéramos cometido errores en el camino. Ningún hombre nacido es impecable y espero que nos acepta por lo que somos.
decidí a escribir esta carta en caso de que no se ve la luz del día de mañana. No quiero dejarte sin expresar mis pensamientos mi querido hijo. Sé feliz y contenta con lo que tiene y puede tener. No quiero hacer de esto una lección de valores