En primer lugar, si el gobierno filipino no pudo evitar que la avalancha de más de 900 asesinatos extrajudiciales desde 2001 realizado sobre una población específica, la "comunidad internacional" como la ONU debe responder la investigación de los asesinatos, recomendando la política o los cambios estructurales para prevenir la recurrencia y la perpetuación de los asesinatos, o como último recurso, sancionar a las Filipinas como un estado miembro.
En realidad, el Relator Especial de la ONU sobre ejecuciones sumarias, Philip Alston, dio a conocer su informe final sobre las ejecuciones extrajudiciales en Filipinas el 27 de noviembre de 2007. La principal conclusión del informe es que el ejército filipino está detrás de los asesinatos. Después de la publicación del informe, se ha producido una disminución considerable de ejecuciones extrajudiciales
.
En segundo lugar, si el hecho de que el gobierno de Filipinas no radica en su incapacidad para aplicar las leyes y el orden, sino en su falta de acción consciente o completa desprecio de la vida y los derechos humanos de las víctimas, los Estados Unidos (EEUU), Japón y otros estados puede retener financiera, el desarrollo y la ayuda militar al gobierno de Filipinas para llevar el caso a su atención y expresar su disgusto y oposición en la la inacción del gobierno de Filipinas o de desprecio a los derechos humanos.
Esta retención de la ayuda sustancial puede obligar al gobierno filipino para actuar en los asesinatos y mejorar su historial de derechos humanos en la atenta mirada de la comunidad internacional.
Las dos razones por las que se presenta aquí no quitan la responsabilidad de los filipinos gobierno sobre su gente. Sigue siendo el gobierno filipino que es el principal responsable de la aplicación y protección de los derechos humanos en Filipinas.
No es mi argumento de que la comunidad internacional o cualquier estado /s deben hacerse cargo de otro estado o intervenir militarmente sin el consentimiento del Estado afectado. En el caso de Filipinas y las ejecuciones extrajudiciales, la magnitud y la escala de las violaciónes de los derechos humanos no justifican el uso de la fuerza por parte de entidades externas para parar directamente los asesinatos. Es inimaginable en este caso
.
Sin embargo, hay ejemplos en los que se utilizó el uso de la fuerza para detener y prevenir más violaciónes de los derechos humanos.
Los casos de Kosovo, Ruanda, Somalia, Timor Oriental, y entre otros,