Una vez más, una nube ominosa es la recolección, y nadie parece importarle .Es el carácter de los nigerianos que esperar hasta el último día, en su mayoría a suceder antes de la solución se solicita a la quema de cuestiones .Para tantos años, los trabajadores nigerianos han gemido bajo el peso de aumento del salario mínimo. No hasta que los trabajadores estaban en el punto de embarcarse en una huelga nacional en octubre de 2010 que el presidente Goodluck Jonathan medias aprobó dieciocho mil naira como el salario mínimo para los trabajadores nigerianos.
Esto como se recordará, está muy lejos de las demandas y expectativas de los trabajadores, y esto, dolorosamente, sin embargo, tanto el federal y los gobiernos estatales no han sido lo suficientemente varonil de implementar.
La aprobación de los miserables de dieciocho mil salarios mínimos naira en la cola de final del año pasado fue visto por muchos observadores como las elecciones truco, como muchos de los gobernadores luego fueron en busca de reelecciones.
No es sorprendente, ya que las elecciones se han puesto detrás de nosotros, que los gobernadores electos están saliendo en sus colores completos y fuerza, a renegar de la cuestión del salario mínimo aprobado. Lo más molesto es el arrastre en la eliminación del subsidio de combustible como el pre-requisito para la concesión de los trabajadores el salario mínimo. La eliminación del subsidio de combustible había sido el más sensible y un punto delicado de la agitación de los trabajadores a lo largo de las edades.
Gobernador Amechi del pronunciamiento del estado de Rivers sobre la eliminación del subsidio de petróleo, antes de que los gobernadores pueden implementar salario mínimo de dieciocho mil naira es intrigante. Esto demuestra que el gobernador que fue hecho un gobernador, cortesía de la decisión del tribunal en su primer mandato se ha olvidado tan rápidamente el dedo que ha alimentado y sigue dándole de comer. En su programa semanal de televisión, "El paso de gigante", que él vitrinas para cantar sus propias alabanzas, los trabajadores ponen los huevos de oro.
Ni Amechi ni ningún otro gobernador puede sentar reclamaciones a cualquier logro sin montar en las espaldas de los trabajadores empobrecidos
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Los trabajadores nigerianos de hambre del pánico se han hecho tan miserable por la clase política nigeriana (incluyendo los gobernadores) de manera tanto así, que para ellos, al morir se convertirá en una opción mejor, que vivir en