Nuestra subterránea viaje comenzó una mañana brillante y hermoso aproximadamente a las 6:30 de la mañana de nuestro hotel de estilo japonés situado muy cerca del aeropuerto de Puerto Princesa. Al entrar en la furgoneta llena de gente, nos dijeron que todavía tenía que recoger a varios pasajeros. No importa las condiciones de hacinamiento porque ya teníamos asientos semi cómodas y no seríamos los últimos pasajeros hacinados en su interior. Llegó a ser tan abarrotado que el guía tenía que estar todo el tiempo. Fue una buena cosa que ella no era alto
.
Una vez que todo el mundo había sido recogido nos dirigimos en nuestro viaje por la costa oeste de Palawan, al lugar donde íbamos a finalmente tomar una lancha motorizada hacia la entrada el río subterráneo. Conduciendo por la carretera en dirección a la costa oeste de Palawan fue sin duda una delicia, que se llena de montañas de piedra caliza. Montañas Karst son montañas en capas hechas de por lo general de dos materiales. En este caso las montañas nos trataron a fueron hechas de piedra caliza. Estos fueron rodeados por campos y selvas que eran absolutamente impresionante.
Después de una hora de conducir nos detuvimos en una pequeña tienda hecha de bambú, que se llena de esculturas y obras de arte culturales, así como recuerdos tradicionales. Esta tienda se encuentra en la cima de una montaña con vistas tanto a la selva y la hermosa costa oeste de Palawan, con sus numerosas islas y el mar abierto. Esto es sin duda tiempo para dos cosas, incluyendo ir al baño y por supuesto un montón de toma de fotografías. Después de nuestro negocio fue atendido todavía teníamos unos momentos para compras de souvenirs a precios muy baratos para un occidental.
Una vez que habíamos completado todas nuestras tareas nos metimos de nuevo en la furgoneta para el resto de nuestra unidad hacia la zona de la playa y el puerto donde íbamos a tomar nuestro barco a la entrada del río subterráneo. Después de un poco más de la conducción y turismo, que llegamos.
El clima era extremadamente caliente, no un evento inusual para las Filipinas, por lo que tomó este tiempo para asegurarse de que cubrimos nosotros mismos correctamente con protector solar.
Una vez que se había atendido a que fueron llamados por nuestro guía que vadear a través de las aguas cristalinas de la rampa de nuestro barco de transporte.
Como nos quitamos el sonido rugiente ruido del motor del paisaje nos cautivó con su inmen