Los niños comienzan a desarrollar la terquedad y el arte de vomitar rabietas en de forma voluntaria algún tiempo por encima de dos años y medio de edad. Incluso por debajo de esta edad, que lo haga, pero no demasiado intencionalmente - que tiene su encanto propio y los padres hacer conseguir un poco de diversión fuera de él. En esa tierna edad, es bastante entretenido y hasta alegre ver a los niños que complacen en tales actos.
También es mucho más fácil para desviar la mente del niño de tal comportamiento
Pero una vez que los niños comienzan a hacerlo de una manera voluntaria, su intención es probar las aguas -. Para calibrar hasta qué punto se pueden negociar y maniobrar su camino con sus padres. Cada niño tiene su propio "cociente moral" o un rasgo de personalidad, incluso a la tierna edad.
Algunos niños de back-seguimiento de sus pasos en falso sobre el asesoramiento; algunos a conseguir un regalo; algunos al escuchar la amenaza y algunos sólo después de recibir el golpe!
Algunas personas argumentan que relamerse es violento y sin violencia es admisible en los niños tiernos que no tienen poder para defenderse. Tal vez no son muy adeptos en la comprensión de los niños de la psicología.
Cuando un niño sabe a ciencia cierta que el afecto de los padres es la razón detrás de relamerse (y los niños hacen poseer esta capacidad de juicio muy bien desarrollado en ellos), no desarrollan odio por los padres. La palabra "amor" es que subrayar aquí.
Por el contrario, si un padre alcohólico golpea a sus hijos por causas ajenas a ellos, pero sólo como un modo de ventilar su frustración contra su esposa o si una madre golpea la niños para una pequeña causa justa para liberar su reprimida tensiones de su oficina, estos son casos evidentes de abuso de niños; no se trata de actos basados en el afecto.
Los niños no van a tomar las palizas ligeramente hasta que los padres expresan algún tipo de arrepentimiento, y no necesariamente en forma de disculpa verbal, pero de alguna manera los niños pueden percibir. Los niños no tienen afán de venganza que los adultos lo hacen.
He visto varias veces que mis hijos se comportan correctamente después de recibir un golpe o dos en la fase adecuada y nunca llevar un rencor a causa de ella.
De hecho, durante la cena encuentros con mis (actualmente) crecido los niños, que utilizamos para recordar con alegría las escaramuzas que hicieron en su infancia y la paliza