Las confluencias de estas dinámicas debilitarían los Estados Unidos el poder de negociación con Teherán. Los resultados finales son probable que sea un punto muerto. Este ha sido el caso hasta ahora en la cuestión de las armas nucleares y el fracaso de Irán a cooperar plenamente con el OIEA. La posibilidad de derrocamiento interno del Régimen es poco probable. Aunque el mundo ha visto levantamiento pública en Irán a raíz de las disputadas elecciones presidenciales del año pasado, los agentes del régimen y sus brutales fuerzas de seguridad seguirán aplastar a estos levantamientos.
La República Islámica tiene poca o ninguna consideración por la vida humana. Por lo tanto, la supresión de la disidencia por cualquier medio necesario es una doctrina aceptable y es seguida habitualmente a un punto de abrir fuego contra los manifestantes desarmados. La Guardia Revolucionaria iraní y sus fuerzas en gran parte civiles Basij se informa, se cuentan por millones. Estos grupos están bien armados y bien financiado por la República Islámica. La Guardia revolucionaria y las fuerzas Basij son los principales beneficiarios de las políticas y las ideologías de la teocracia iraní.
Estos grupos gozan de los beneficios económicos y sociales que de otro modo no estar disponibles para ellos bajo un gobierno secular y elegido democráticamente. Para estos guardianes del odio, la preservación de la República Islámica, su fallo mulás y sus ideologías de odio no es sólo una causa, sino también una lucha por la supervivencia.