Hay algo en el compás rítmico constantemente recurrente de los tambores que late en la sangre. Hay algo en el incesante y auge ominoso de los tambores que libras en el cerebro. Melody aliviaría la tensión, se rompería el hechizo. Pero el ritmo temor de los tambores de guerra, superando en los oídos, en auge en el cerebro, habla un terrible mensaje que podría hablarse de ninguna otra manera.
Si es un canto fúnebre, lo poco que se melodía perdida cuando los tambores comienzan su lamento! Con un ritmo peculiarmente expresivo de dolor y tristeza, los tambores una elegía fúnebre, que no pide nada de palabras o melodía. Por el contrario, lo que puede ser más alegre que las castañuelas y panderetas de España o los Bongas y maracas de Cuba? El ritmo acelerado, los acentos alegres de estos instrumentos cantar una canción de alegría y felicidad que la melodía apenas podía complementar.
¿Qué puede la melodía de la trompeta añadir a la sonaja agitación del tambor militar, sonando montaje o al mando de un cargo? El extraño, lo misterioso, la terrible todos pueden ser retratados con un tremendo drama y la realidad por el ritmo al descubierto y sin melodía. No es de extrañar que todos los pueblos, desde la más primitiva y bárbara a los más educados y cultos, han sido amantes del tambor y otros instrumentos de percusión.
En primera historia nos enteramos de que los egipcios, asirios, hebreos, griegos y romanos instrumentos de ocasion correspondiente a nuestros timbales, tambores de tenor, panderetas y platillos. De éstas, la más importante pronto llegó a ser los timbales. En la Europa de principios que se utilizaron no sólo en los asuntos militares, pero en la corte de Eduardo I como instrumentos musicales. Más tarde, en 1347, cuando Eduardo III celebró su marcha triunfal en Calais, timbales ayudaron a hacer la música.
Chaucer a menudo habla de los "nakers" en sus Cuentos de Canterbury, y nakers es una palabra árabe que signific