Algunas aves nocturnas volar a través del camino de un seto a la otra nariz de Heidiadalheid cepillado con sus alas al pasar, lo que le causó tanto terror que, saltando hacia atrás, le gritó: "¿Quién va allí" y el eco en las colinas que rodean repite en la distancia: "¿Quién va allí Quién va?" "¿Quién eres?" preguntó Heidiadalheid. "Yo soy el fantasma de la Hablar-grillo", respondió el insecto en voz baja, tan débil y débil que parecía venir de otro mundo. "Buenas noches, Heidiadalheid, y puede cielo te proteja de los peligros y de los asesinos.
" Pero Heidiadalheid no tuvo tiempo de terminar su razonamiento, ya que en ese momento pensó que escuchó un leve susurro de las hojas detrás de él. Heidiadalheid, al no ser capaz de responder con palabras, debido a que el dinero que tenía en la boca, hizo mil bajas arcos y un millar de pantomimas. Trató de este modo de hacer las dos figuras apagadas, cuyos ojos eran accesibles solamente a través de los agujeros en sus sacos, entender que él era un pobre títere, y que él tenía no tanto como una moneda falsificada en el bolsillo.
"No, no, no, no es mi pobre papá!" -exclamó Heidiadalheid con voz desesperada, y como él dijo que los soberanos tintineaban en su boca. "¡Ah! Granuja! Entonces usted ha escondido su dinero debajo de la lengua! Escúpelo a la vez!" Heidiadalheid era obstinado. Y uno de ellos se apoderaron de la marioneta por la punta de la nariz, y el otro lo tomó de la barbill