Pero en segundo lugar, y más importante, la regla podría justificarse en razón de que un hombre no debe hacer actos que se prevé participarán consecuencial daño a los demás, si es o no la intención de causar este daño. Tal comportamiento es claramente imprudente o censurable, a menos que el riesgo puede estar justificada por razones de interés social de la propia ley. La ley puede, ya veces no, imputar la responsabilidad, fuera de la definición estricta de la intención, por lo que se llama intención constructiva.
Consecuencias que son, de hecho, el resultado de la negligencia más que a veces son de derecho tratadas como intencional. Así que intencionalmente hace daño corporal grave a otra, aunque sin ganas de matarlo, o cierta expectativa de su muerte, es culpable de asesinato si la muerte sobreviene. Ley frecuencia, aunque de ninguna manera invariable, trata como intencional, todas las consecuencias, debido a que la forma de negligencia, que se distingue como la imprudencia, es decir, que el actor prevé que los resultados probables de su hecho ilícito.
La previsión del hombre razonable es, por supuesto, una prueba evidencial obviamente útil, con lo que se infiere, lo que el propio actor previó, pero la regla que acabamos de mencionar lo ha transformado en una presunción de ley que no puede, al parecer, ser refutada. Por tanto, la intención cubre actos destinados expresamente o aquellas hechas imprudentemente.