Aunque la mujer condenada se informa que han confesado el tráfico de drogas, que más tarde se retractó de su confesión ante el tribunal y declaró que su confesión fue obtenida bajo coacción.
La opinión generalizada es que los agentes de seguridad iraníes utilizar la tortura y la intimidación con el fin de obtener confesiones de los presos.
Por el momento, el gobierno holandés expresó su indignación ante la noticia de la ejecución de Bahrami.
Las autoridades holandesas se quejan de que el gobierno iraní impedía su personal consular de visitar Bahrami en prisión.
Irán defendió su acción porque Bahrami era un ciudadano iraní y la ley iraní no reconoce la doble nacionalidad.
Durante su juicio, Bahrami negó las acusaciones de tráfico pero el tribunal revolucionario iraní, la encontró culpable y la condenó a muerte.
Los cargos iniciales de espionaje nunca fueron perseguidos en los tribunales. Bahrami murió el 29 de enero de 2011.
Don Bento…