La persona que está preparando y sirviendo la comida a los niños deben lavarse las manos con mucho cuidado antes de hacerlo. Además, si la diarrea y los vómitos no se detiene después de veinticuatro horas, que es una necesidad para obtener una cita médica. El niño debe ser llevado a urgencias si el vómito contiene sangre o una sustancia de color verde. El médico, después de hacer las heces y análisis de sangre, prescribe antibióticos si se sospecha de infección. Junto con ello, medicamentos contra las náuseas se dan también para detener el lanzamiento y controlar la pérdida de líquidos.
Si hay una considerable pérdida de líquidos del cuerpo del niño, el niño puede ser admitido en el hospital y se administrará con fluidos tales como glucosa o IV, a través de un tubo conectado a las venas del niño. Si el niño tiene fiebre, la temperatura ha sido controlada y el médico podría preguntar acerca de información sobre el patrón de temperatura, por lo que los padres deben estar preparados. Si la enfermedad se extendía por día, un registro de la información sobre el peso diario también se debe dar al médico.
A veces, los niveles de oxígeno en la sangre también tendrían que ser revisado con la ayuda de un oxímetro de pulso.