Mi memoria y la salud mental también comenzaron a mejorar con multivitaminas diarias, B12, y un planificador de día. Una vez que me metí en el hábito, hacer listas se convirtieron en parte fundamental de la vida cotidiana. Juegos de palabras y la memoria eran una manera divertida para ayudar a toda la familia.
Como frustrante y doloroso que esta enfermedad puede ser, realmente creo que no es el final de mi vida. Hago lo que puedo para controlar los síntomas en los días malos, y sacar el máximo provecho de cada buen día. ¿Va a empeorar? Tal vez, pero voy a tratar con lo que viene cuando llegue.