abuso Residente puede adoptar muchas formas, que van desde el abuso verbal, emocional y sexual, a la integridad física y maltrato médica.
Algunos indicios comunes de que su ser querido puede haber sufrido abusos incluyen signos de lesión o restricción física, medicación inexplicable o sobremedicación, signos de rabia inexplicable o agitación, comportamientos extraños e inexplicables, distancia emocional de los seres queridos, y la falta de comunicación.
La negligencia por su parte, se deriva en gran parte de la falta de atención o cuidado en nombre del personal de la residencia.
Esta falta de atención puede afectar el residente directamente a través de la denegación de atención médica o disminuido, disminución de la asistencia con la higiene personal, o como resultado de la deficiencia nutricional. La negligencia también puede afectar a los residentes indirectamente al permitir que hagan daño a sí mismos, viven en condiciones inhóspitas o inhumanas, o dejar su espacio de vida sufren de infestaciones de insectos o roedores. Algunos signos de abandono son fácilmente visibles, tales como un cambio en la forma o apariencia física del residente.
Otros pueden ser olía, como fuertes olores de la orina, las heces, o vómito. Sin embargo, otros signos pueden ser menos notables, y pueden incluir la pérdida de peso, deshidratación o úlceras por presión.
Los signos de abuso o negligencia no siempre puede ser fácilmente reconocible, ni pueden ser cometidos intencionalmente por el hogar de ancianos. A menudo, la falta de financiación, la mala rendición de cuentas de supervisión, falta de personal, o el descuido general puede contribuir a la negligencia residente.
Los actos de abuso o negligencia pueden ser incidentes o generalizada aisladas. Recuerde, sólo se necesita una manzana podrida para sembrar las semillas de la mala conducta. Por eso es importante mantener las líneas de comunicación abiertas y saber qué señales de advertencia que debe buscar al hacer viajes regulares a visitar a un ser querido
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