Todo el mundo sabe que el estrés laboral tiene una implicación negativa obvia en la salud, en concreto, el sistema cardiovascular. Si bien se han realizado diversos estudios y validado para establecer que la tensión laboral aumenta el riesgo de una primera enfermedad coronaria, se sabía muy poco acerca de la conexión entre los trabajos estresantes y la enfermedad coronaria recurrente.
Recientemente, sin embargo, los científicos han decidido llevar su investigación al siguiente nivel mediante el estudio de casi un millar de hombres y mujeres que regresaron al trabajo después de sufrir un ataque al corazón. Las observaciones se realizaron durante las primeras seis semanas después de su regreso a sus puestos de trabajo, y los de nuevo dos años más tarde.
Los primeros resultados muestran que las personas que regresan a un trabajo estresante crónico después de un ataque al corazón tienen el doble de probabilidades de sufrir otro ataque al corazón que los que tienen puestos de trabajo sin estrés. Tensión laboral, tal como se definen específicamente por los investigadores, implica exigencias psicológicas altos con control de baja decisión. Si el estrés del trabajo no cambia a su regreso al trabajo, hay un riesgo mucho mayor de sufrir otro ataque cardíaco o el desarrollo de la angina de pecho y la enfermedad coronaria.
Un ataque al corazón ocurre cuando un vaso sanguíneo que suministra sangre al corazón se bloquea. Debido a la falta de flujo sanguíneo, esto resulta en un daño permanente en el corazón. Los vasos sanguíneos son bloqueados por el avance de las lesiones ateroscleróticas, una placa formación repentina de un coágulo de sangre, o desde el espasmo de una arteria coronaria, que suministra sangre al corazón. Mucha gente tiene la idea de que un ataque al corazón es causada por una lenta y progresiva acumulación de placa.
Pensar que un vaso sanguíneo lleva toda una vida para ser completamente obstruido simplemente no es cierto para la mayoría de los casos de ataques al corazón. Cuando una lesión placa aterosclerótica inestable, lleno de colesterol y grasa, de repente se rompe, formando así una herida abierta en la pared de la arteria, un ataque al corazón se produce. Las plaquetas sanguíneas y las proteínas de coagulación se precipitan a la herida y forman un coágulo, llamado un trombo.
En cuestión de segundos, el coágulo puede agrandar y puede causar obstrucción del flujo de sangre al corazón con angina resultante (dolor de pecho). Si el flujo sanguíne