El médico estudia la historia clínica del niño y lleva a cabo un examen físico. En algunos casos graves, el médico aconseja ir por rayos X o análisis de sangre antes de tomar la decisión final. Los niños pueden prevenir los dolores de crecimiento, haciendo ejercicios de estiramiento sobre una base diaria. El ejercicio no tiene por qué ser complejo. Incluso si el dolor disminuye, el ejercicio se debe continuar con el fin de mantener a los tendones y los músculos relajados y ajustar con el estirón. Los líquidos, cuando se toma en buena cantidad, disminuyen los calambres.
Por esta razón, el niño debe recibir el agua tónica o quinina antes de ir a la cama.