Si ni siquiera podemos ayudar a un solo hijo que no sólo la diferencia entre el bien y el mal, sino también ayudarles a tener la confianza y la fuerza de carácter para rechazar las drogas y el alcohol cuando se les ofrece, entonces verdaderamente estaremos avanzando. Hasta entonces, lo único que podemos hacer es seguir a brillar ejemplos de cómo los adultos maduros deben comportarse y esperar lo mejor.