Esto es lo que realmente funciona. Cada vez que una persona comienza a preocuparse, él o ella dirige un pensamiento que el cerebro identifica como un peligro. El cerebro envía posteriormente información a la entidad para salvaguardar sí por la liberación de sustancias químicas como la adrenalina y el cortisol. El cuerpo humano reacciona adecuadamente a la información enviada por el cerebro, los indicadores que se inducen generalmente por los pensamientos de una persona que empezó a preocuparse.
Al entender esto, los adictos se dan cuenta de la importancia de prestar atención más cerca de lo que perciben de su entorno. Ellos descubren cómo manejar sus pensamientos mejor con el fin de evitar las posibles respuestas del cuerpo que pueden lograr su ansiedad y la depresión. Es este tipo de proceso de curación dependencia que sitúa a la adicción al OxyContin centro de ayuda aparte de los demás dado que es donde los adictos aprenden a ser mejor vinculada con su propia humanidad.