El cuerpo humano de nuestro cuerpo puede durar semanas sin alimentos, pero sólo unos días sin agua. El cuerpo se compone de aproximadamente 55 a 75 por ciento de agua. El agua forma la base de la sangre, los jugos digestivos, la orina y la transpiración y está contenido en magro del músculo, grasa y huesos.
A medida que el cuerpo no puede almacenar agua, necesitamos provisiones frescas cada día para compensar las pérdidas de los pulmones, la piel, la orina y las heces.
El agua es necesaria para mantener la salud y la integridad de todas las células del cuerpo, mantenga el suficiente líquido torrente sanguíneo fluya a través de los vasos sanguíneos, ayuda a eliminar los subproductos del metabolismo del cuerpo, ayuda a eliminar las toxinas, regular la temperatura corporal a través del sudor, lubrique y las articulaciones de cojines y transportan nutrientes y oxígeno a las células del cuerpo, sólo para nombrar unos pocos. Beber agua limpia y refrescante juega un papel importante en la reducción del riesgo de ciertas enfermedades.
La pérdida de agua del cuerpo por la orina aumenta en gran medida por la ingestión de bebidas alcohólicas y descafeinadas. Estas bebidas tienen un efecto diurético, lo que significa que estimulan los riñones para excretar más orina. No sólo perdemos agua, también perdemos vitaminas solubles en agua, como la vitamina C, la vitamina B (tiamina) y otras vitaminas del complejo B. Por cada bebida con cafeína o alcohol que bebe, es necesario agregar un vaso adicional de agua pura.
Una dieta que contenga muchas frutas y verduras suministrará aproximadamente 4 tazas de agua por día.
Incluso con una dieta rica en frutas y verduras, todavía es necesario beber un adicional de 6 a 8 vasos de agua por día para suministrar suficiente agua para satisfacer las necesidades diarias del cuerpo. Por cada bebida con cafeína o alcohol que bebe, es necesario agregar un vaso adicional de agua pura.
La deshidratación ocurre cuando el contenido de agua del cuerpo es demasiado bajo. Esto se puede arreglar fácilmente mediante el aumento de la ingesta de líquidos.
Los síntomas de la deshidratación incluyen dolores de cabeza, letargo, cambios de humor y respuestas lentas, conductos nasales secos, los labios secos o agrietados, orina de color oscuro, debilidad, cansancio, confusión y alucinaciones. Finalmente orinar paradas, los riñones fallan y el cuerpo no puede eliminar los productos de desecho tóxicos. En casos extremo