Dormir bien ha relacionado generalmente a un buen estado de salud. De hecho, el sueño adecuado se incluye en la mayoría de los planes preventivos de la salud y hábitos que se enfrentan a una vida saludable. Gran parte de los trastornos del sueño, a menudo se olvida y que en general permiten dormir bien ni en cantidad ni en calidad, o la costumbre de no dormir las horas necesarias, están relacionados en el largo plazo a la enfermedad.
Hay diferentes estudios que ahora han llegado a la misma conclusión: si una persona sana no duerme las horas necesarias hay un notable incremento del riesgo de sufrir calcificación de las arterias coronarias, la hipertensión y, en consecuencia, problemas cardiovasculares a largo plazo .
El sueño constituye el período de descanso del cuerpo y de la mente. La conciencia se suspende de forma completa o parcial y las funciones orgánicas resultan ser disminuido. El sueño es, por lo tanto, un regenerador esencial de la energía física y psíquica.
Cuando éste se tambalea, el renovador proceso no se lleva a cabo, por lo que las alteraciones producen a sí mismos, de forma lenta y progresiva, en nuestra capacidad de concentración, en la memoria, en el carácter y en el marco de mind.Physically, estos cambios resultado de una alteración de la temperatura corporal, un ritmo acelerado de eventos cardiovasculares aumenta la liberación de la molécula del estrés (cortisol) y azúcar en la sangre, entre otras consecuencias.
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