Daño en el hipocampo es común en la esquizofrenia y es debido al efecto neurotóxico del glutamato excesiva que resulta de los elevados niveles de glucocoricoid (Walker y Diforio, 1997). Niveles persistentes elevados de glucocorticoides pueden causar una disminución en la actividad del sistema de retroalimentación negativa. En otras palabras, el HPA siempre recibe señales para activar pero nunca recibe una señal para detener cuando el factor de estrés se ha ido (Sapolsky, 1992).
Debido a que el HPA es hiperactiva en las personas con esquizofrenia se vuelven muy sensibles a factores de estrés, es decir, sus cuerpos reaccionan fácilmente con el estrés. Los adultos normales que experimentan los factores estresantes durante un período prolongado de tiempo se habitúan a ese factor estresante. Sin embargo, la investigación ha demostrado que los factores de estrés de la infancia prenatal y temprana a menudo conducen a la sensibilización en lugar de habituación.
La exposición excesiva de glucocorticoides en el útero ha sido mostrar a dañar el hipocampo y obstaculizar su desarrollo adecuado (Walker et al., 1997). Una mujer embarazada no a sí misma tiene que ser un esquizofrénico; ella sólo tiene que ser presentado con una serie de eventos estresantes que conducen a una mayor actividad de la dopamina. La investigación en esta área se ha centrado sobre todo en sujetos animales debido a las limitaciones éticas.
Walker y Diforio (1997) reportaron que en un estudio realizado por el uso de los recién nacidos hubo niveles de cortisol significativamente mayores y una menor actividad del hipocampo en algunos recién nacidos, en comparación con otros. Un hipocampo dañado o uno con menos de volumen medio se encuentran comúnmente en los pacientes esquizofrénicos (Bogerts, Meerz, y Schonfeldt-Bausch, 1985). De ello se desprende que los factores de estrés prenatal que conduce a irregular resultado el desarroll