Por Rick R. Flores - Filipinas PHL Edición 13, España
De vuelta a casa y quedarse en casa fue en los 17 años de edad, Aliya (no es su verdadero nombre) dijo que quería - a pesar de que ella sólo estaría volviendo a un centro de evacuación en Maguindanao, a 160 kilómetros al suroeste de aquí.
Después de haber pasado más de seis meses en la ciudad de Davao como la casa ayuda para una rica familia filipino-chino, Aliya ha tenido suficiente .
"No puedo soportar mi trabajo nunca más", dijo a la presentación de informes de Filipinas Derechos Humanos Proyecto
Aliya llegó a la ciudad después de una mujer que dice ser un reclutador empleada doméstica -. Aliya quien identificó como "Betty" - le ofreció oportunidad de escapar de la miseria del centro de evacuación en el pueblo de Bagoenged pasado mes de julio. Ella y su familia había sido efectiva en la carretera, pasando de un centro a otro durante los últimos nueve años a causa de los combates.
Tener primero perdió su casa, su padre y luego perdió su trabajo como comerciante de pescado y el familia terminó contando con el apoyo financiero de sus familiares. "Nuestras vidas eran muy miserables, todos mis hermanos y hermanas abandonaron la escuela", relató Aliya, el segundo de siete hijos
.
Su ciclo de desesperanza en un centro de evacuación tras otra hizo la oferta de Betty muy persuasivo. Betty prometió Aliya un trabajo en Davao desde donde podría comenzar a enviar dinero a su familia. Su salario mensual sería de 2.500 pesos de Filipinas, PHP (55 dólares).
prestaciones de la seguridad social se les prometió en la parte superior.
Aliya dice que sólo vio una vez Betty Pero primero -. como tan a menudo parece ser el caso -. La familia de Aliya tenía que pagar por adelantado Su padre dio a Betty un sobre con 3.500 pesos filipinos, una enorme cantidad dada sus circunstancias desesperadas
Ella habló de cómo ella trabajaba siete días a la semana, rara vez se tiene un día libre y se fue a la cama a las 11 pm sólo para ser despertado cuatro horas más tarde . En la mañana, ella se ocuparía de las necesidades personales de sus empleadores y tienden a sus hijos por la tarde y por la noche.
Después de su primer mes, ella dijo que se echó a llorar cuando ella descubrió que su sueldo era solamente 700 pesos filipinos. Ella se enfrentó a su empleador que l